miércoles, 15 de abril de 2009

Fuente: www.mundolobo.com.ar

Una nota de Rafael Ton para el programa “Tribuna Gimnasista Radio” emitido por FM La Redonda 10.3 los días Martes. “El Coprosede me hace acordar al FMI, casi es mejor que no te ayude, por ejemplo en la B, no podes ir a ver a tu equipo de visitante y esa es la “solución”…”

Escuché al pasar una conversación que decía había ciertas similitudes en los tres clubes que más peleaban el no jugar en la “promoción”, es decir hablaban de: Central, Racing y Gimnasia. Y me quedé en un comentario, algo así como que antes tenían más hinchas y ahora los rivales los habían casi alcanzado. Me quedé pensando y creo que esto no es cierto, sino que hay factores que hay que tener en cuenta. Básicamente podría decir: los representantes de la clase media más pudiente, salieron favorecidos en los cambios sociales, sobre todo en la década del noventa, en desmedro de los representantes de las clases más humildes. Los menos pudientes quedaron fuera del escenario. Como en tantas otras cosas. Los mandaron a “mirar fútbol por la tele” en horarios dictaminados y en programas hegemónicos y sino en canales por cable, a toda hora, con señores de traje y corbata que se hacen los graciosos y dictan clases de buenos modales. Y por el mismo precio incitan a sentarse en el sillón del living - que supuestamente todos tenemos - y asustan a las amas de casa con “la violencia en el fútbol”….Es decir una invitación a comprar codificados, así al nene no le pasa nada.
En definitiva los cambios sociales, en cuanto a la cantidad de público que puede acceder a los partidos, perjudicó a algunos y benefició a otros.Un ejemplo concreto de esto es Boca: El argentino boquense que junta monedas lavando los vidrios de los autos de otros argentinos que tienen banda ancha, colegio privado y terapia, no conoce la Bombonera por dentro. No tiene derecho. Su lugar lo ocupa un socio que paga por débito automático o un turista que paga en euros.Ahora, esto lleva a otra reflexión, fíjense la paradoja: Cada vez más policías custodiando partidos y vías de acceso, cada vez más plateas que populares en los estadios. Crece la población del país pero se reduce la venta de entradas a los partidos de fútbol. ¡Qué curioso! ¿No?Tomo un diario de capital, de esos que venden en un pasaje subterráneo en retiro, el diario es de hace unos cuarenta años y leo en la página de deportes: “Ferro-Huracán”. Se vendieron 23.800 generales y 221 plateas. Con 23.800 populares hoy sería un partido de alto riesgo ¿no?! Pero atención, piensen esto: no es un clásico convocante y tampoco había venta anticipada, es decir esos 23.800 hinchas compraban la entrada ahí, ese día y NO HABÍA MUERTOS NI TENIA QUE VENIR EL PAPA A MEDIAR, pasaba todos los domingos en todas las canchas…además esos 23.800 tipos SALTABAN mientras gritaban los goles en…: ¡tablones de madera! Y parece que la gente la pasaba bien y no salió ni un solo comentario de heridos o cosas así. Jugaban San Lorenzo-Huracán, en cancha con tablones de madera, llevando en un solo partido lo que hoy llevan todos los encuentros en una fecha y sin embargo: el fútbol argentino contabiliza la mayor cantidad de muertos en una cancha de cemento, la llamada “puerta doce” en el estadio de River, todo en una tarde. Más de setenta muertos, y decenas y decenas de heridos…en una cancha grande y sin tablones de madera. Casi la mitad de los muertos en toda la historia del fútbol en una sola tarde.
Pero sigamos: cuando el sr. de negro decía “se terminó”: las hinchadas SALIAN JUNTAS. Y, sí, había corridas, y algunas trompadas seguramente, y alguna bandera que pasaba de un lado a otro, porque es la verdad. Y también es la verdad que aquel que llevaba una bandera sabía a lo que se exponía, es decir había que tener “aguante”. No era una bandera un elemento de consumo más, era un símbolo sagrado que se cuidaba. Y otro dato: ¡¡jugaban casi todos el mismo día!! Qué trabajo tendría el Coprosede en es época. Porque el Coprosede me hace acordar al FMI, casi es mejor que no te ayude, por ejemplo en la B, no podes ir a ver a tu equipo de visitante y esa es la “solución”…
Hoy si alguien organiza un partido con 23.800 tipos en cancha de madera, comprando todas las entradas el mismo día, yéndose a la misma hora, y todo sale bien: al tipo que lo organiza le dan la banda presidencial y lo condecoran. Hoy exigen: cemento, plateas, policías, pulmones, gorditos que van a misa, con buenas intenciones claro, y con remeras que dicen “no a la violencia” y miran el partido gratarola, y hay socios con carnet digitalizado y cámaras costosísimas para filmar barras bravas… pero ojo…los barras bravas siguen estando y lo que se van de las canchas son aquellos que, vamos a llamarlos por su nombre: pobres. Es como que dicen: Esos que se vayan a ver los goles por la tele, que no anden colgando banderas con la cara del Che, de Evita o con frases de amor por su club, eso no esta bien…no es de “gente como uno”.En el medio de aquel Ferro-Huracán y hoy, mucha gente se acostumbró a ser hincha de televisión. Y cambiaron valores.Antes se iba por la camiseta. En el 86, año nefasto para las populares que rodeaban el fútbol argentino, a mí entender, pasó lo siguiente:Los barras bravas, llevados a México, todo pago, se dieron cuenta de lo que podían “ganar”…Hubo un Dr. Frankeistein en todo esto.Lo importante pasó a ser el “ídolo”. Entonces “uno”: la estrellita, pasó a ser más importante que lo colectivo, que el equipo y que todo el resto, sobre todo si ganaba…Se festejó en todos lados de nuestro querido país y el negocio de vender camisetas, gorritos, revistas, la emisión de partidos por televisión, se multiplicó.
A partir de allí, hasta el día de hoy, fueron achicando las populares y “sentando” a la gente, a la parte más pudiente en plateas, a la parte más baja - y ni hablar a los más humildes - frente a la televisión. Para que disfruten de las estrellas reporteadas, filmadas, divinizadas por yuppies periodistas deportivos, que les perdonan todo a los jugadores, les pasan la esponja mientras se bañan y matan técnicos cuando pierden pero eso sí, mientras se lamentan por la crueldad del fútbol resultadista… y claro, nada le perdonan a la popular. Dios dejó de ser todos, dejo de ser el pueblo para ser uno solo, “la estrellita que le pega bien a la pelota”.
Y si uno escucha que se plantean “el sol está fuerte a tal hora y hace mal”, solo les preocupan los jugadores que cobran. Total: los hinchas que pagan, van igual. Los hinchas que paguen el codificado y lo ven en su casa. Y los que van: nada de insultar que no es el modo, nada de saltar que tapan a los que se sientan en el palco o a las cabinas, nada de opinar distinto que joden. Así estamos hoy. Pero hay, por suerte, milagros, excepciones. Donde el vapuleado amor a la camiseta es más importante aún que el resultado. Son lagunas en el desierto. Una de ellas se dio el domingo, en Gimnasia. Porque una cosa es la “estrellita” inventada, que se la infla porque mete goles o porque recién llega a Boca o a River y hay que darle manija y otra es ese fenómeno de tipo, perfil bajo, que es el Pampa. Y ese amor que no viene de la mano del resultado, hoy realmente es un milagro, que se da entre un pueblo y un jugador, espontáneamente. Porque el gol del pampa hizo que hubiera gente que se le llenaran los ojos de lágrimas, simplemente, por lo más importante de todo, más importante que la guita o la tabla de posiciones: por un sentimiento, porque el que metía el gol era un tipo querido. Uno se identifica en él por el esfuerzo. No me canso de repetirlo, muchos de los pocos que lo critican, nose si se bajarían el sueldo como lo hizo él, viniendo de Europa a poner el pecho en este momento, con éste promedio de Gimnasia. Entonces, el gol del Pampa vale doble. Porque hizo como cualquiera de nosotros antes de un clásico, no se escondió, y como tantos que hicieron apuestas, él prometió, después hizo lo posible y no salió pero quedó bien graficado que le sobran huevos. Porque con el resultado puesto cualquiera cacarea. Y así y todo, del otro lado, hay gente que no contesta ni dice nada, quizás porque tenga algo que esconder…El Pampa podrá meter o no meter goles (aunque la definición del domingo: enganche, y al rincón dejo en claro lo que puede hacer) pero no lo va a silbar un estadio completo porque no tenga huevos, eso seguro. Es al revés, no metía goles y los hinchas que van a todos lados lo aplaudían. Y cuando haga un gol, va a pasar como el domingo, donde un gol fue más que un gol, y muchos de los que salieron desde Plaza Moreno, haciendo la única fiesta futbolera que tuvo La Plata el domingo, hizo lo que hizo él, hermano, amigo, tipo humilde y con huevos: besó con amor la camiseta del Lobo, esa que cuidas y usas vos, y yo, y todos nosotros y Chirola, y Marianito y el Pampa. La camiseta de Gimnasia, esa que cuando las cosas salen mal o bien no importa, se besa como lo hizo el Pampa después de la conquista, se besa con amor. Amén.

- Rafa Ton -

1 comentario:

TRAPOS GIMNASIA dijo...

hola filial pampa sosa
les aviso que ya no soy mas trapos gimnasia
ahora soy http://traposgelp.blogspot.com/
http://traposgelp.blogspot.com/
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saludos